martes, 26 de octubre de 2010

No queda sino batirnos

Es algo que te quema; te consume por dentro,
te desborda, te desilusiona, incluso apasiona.

Es la amargura de la vida, y sus sombras,
garabatos y retazos, que no se borran nunca.

lunes, 25 de octubre de 2010

Veritas

Decía Saramago que la vida está llena de palabras que no valen la pena, o que valieron y ya no valen. En realidad, cada una de las que vamos diciendo le quitará el lugar a otra más merecedora, que lo sería no tanto por si misma, sino por las consecuencias de haberla dicho.

Magis esse quam videri oportet.

Memento mori.

domingo, 24 de octubre de 2010

It's the generator

I'll remain unperturbed by the joy and the madness
that I encounter everywhere I turn,
I've seen it all along.

Oh yeah, oh yeah.. like the blood on my door..

sábado, 9 de octubre de 2010

Péndulo

En Historia suele decirse, a mi juicio con bastante acierto, que el correr de los años es como un péndulo. No es infrecuente que si se repasa la vida de un Estado se vea que los periodos de inestabilidad y los que les siguen de recuperación que culminan con el renacer floreciente de la nación, suelen parecerse y habitualmente tienen las mismas causas y sentidos que otras etapas que se desarrollan en periodos sucesivos, o que la gran mayoría de las que transcurrieron antaño.

Ello no es óbice para que, de vez en cuando, el péndulo sufra perturbaciones ajenas, que se traducen en una aceleración o parón en el acontecer de los acontecimientos. Piénsese, verbi gratia, en si una persona para el péndulo, y lo sustrae de su vaiven, o si, a la inversa, le empuja para que oscile de forma mas brusca.

Eso, en Historia, suele vislumbrarse, siguiendo la misma línea ejemplificadora de antes, en una revolución, un golpe de estado, o, de forma contraria, en un anormal periodo de letargo de la nación que de la cual hablemos.

Siguiendo con la temática de mi blog, imagina que en Sildavia, un Estado en el que rige la Ley y el Derecho, democrático, impregnado de valores que respetan los Derechos Humanos y que, por supuesto, es imaginario (no buscar, por tanto, en el mapa), fuerzas de la vecina Borduria (país creado también ad hoc al que he dedicado ya bastante atención) se infiltran en sus instituciones políticas mas elementales y consiguen dar un golpe de estado para someterlo a los intereses bastardos del régimen dictatorial bordurio.

Esa situación, indeseable, es una alteración en ese, digamos, curso de los acontecimientos, un golpazo de alguien ajeno al vaiven del péndulo sildavo. El péndulo siempre volverá a retomar su ritmo, pero ahora se ha producido una convulsión tremenda que dramatiza el día a día de esa nación.

Bien. Yo creo que a las personas nos es aplicable la misma teoría, y la elegía sucinta y prosaica que describo de Sildavia, es la mía.

Quod erat desmotrandum