viernes, 20 de marzo de 2009

Epílogo Mental

La intención máxima que sustenta la creación de este blog es dar muerte a la idea redundante de dar por el usufructo, figura jurídica con un gran desarrollo en Derecho Romano que llega hasta nuestros días. Por eso se llama epílogo (mental, concretamente, al dar fín a un pensamiento).

Rechazo la bajeza y la mediocridad, aunque a veces me alcancen sus afiladas zarpas, ya que ninguno estamos libres de su omnipresencia; ¿quiere ello decir que no somos libres ya que -aun no queriéndolo- estamos sometidos a su yugo (y flechas)? Es probable (o quizá no), pero aspiro a alcanzar un grado de libertad lo más pleno posible al expresarme, querido lector (la activación intelectual que se produce mediante estímulos involuntarios en tu ser al leer la palabra lector y saberte directamente receptor de estas líneas -pese a que, tácitamente, ya lo fueras- es no menos que curiosa, ¿verdad?).

Es una lástima que el Teorema de Fermat esté ya resuelto y no pueda aburriros a base de intentos mecánicos con números distintos hasta dar con uno que cumpla la igualdad. Pero siempre podemos hablar de otras cosas, verbi gratia, la familia Engraulidae, es decir, las anchoas, boquerones y demás (no confundir con el plátano de Canarias).

Como habrás deducido, soy presuntuoso. Aunque igual no has atisbado pizca de vanidad, luego tanto quizá no lo sea. El cliente tiene siempre la razón, excepto cuando se equivoca.

Ya he escrito bastante.

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