Discúlpame el término, a priori puede ser denostado, pero aquí a discreción la significo como esa sobriedad que te caracterizaba, ese saber estar y aparecer cuando sentías que eras necesario, esa armonía vital, si le damos un toque musical a la descripción; el mismo que tuvo tu vida, al son del bombardino.
Permíteme decir, también, que tu siempre eras necesario, pese a que sólo te sintieras así en ocasiones. Si no lo fueras no te escribiría esto, porque te necesito, y me faltas, aunque siempre vayas conmigo.
Esa excepcional virtud, la discreción, sólo la he heredado en la forma de recordarte. Me basta. Un recuerdo sobrio y austero permite acercarse mas a ti, porque así eras tú, porque así me querías tú; con tu discreción llegaste en mi corazón mucho mas lejos que otros que lo intentaron con grandes abrazos y presentes.
Permíteme romper ese sigilo y hacer esto público, porque parece que hace diez años que te fuiste, y solo son dos y un pico.
Tendrás larga vida en mi memoria.
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