jueves, 26 de agosto de 2010

Que toda gloria es pasajera.

Lo malo del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sordina,
las golondrinas muertas sobre la almohada.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman el humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diastole ni dueño.

Lo mas ingrato es encalar la casa,
remendar los pecados veniales,
condenar a la hoguera los archivos.

Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de mis finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.

Sabina dixit.

Constato.

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