lunes, 13 de junio de 2011

Azucarillo amargo

Cuanto mas cerca nos hallamos de la total abstracción lógica, tanto menor es la diferencia -inevitable- en cuanto al significado que las personas asignan a las palabras.

Y es que trescientos setenta mil novecientos cuarenta y tres te dice casi lo mismo a ti que a mi, pero mi honor o mi libertad religiosa, por citar dos ejemplos, son genuinamente mios, y tú nunca podrás siquiera percibir de lejos la dimensión globalizada que esos conceptos tienen en mi. De igual modo, me aplico yo también el ejemplo, qué duda cabe. Tu concepción real sobre cualquier idea siempre será desconocida en cierto grado para mi, por mas que me la dibujes y colorees.

Por eso tratar de imponer concepciones porque son de todos no sólo es ilegítimo, sino también falso.

Y eso no hay nada que pueda cambiarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario