martes, 7 de junio de 2011

Auschwitz


Llevo un tiempo queriéndo escribir de esto, pero es que realmente hay ocasiones en las que algo es inenarrable, y no se puede explicar.

Hace unas semanas realicé un viaje a Polonia, y allí pude vivir uno de esos episodios vitales que tenía en mi lista de cosas por hacer; visitar Oświęcim, donde se encuentra el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, el mas grande campo de la muerte de la historia.

El campo recibe ese nombre porque se trata de la germanización del original, pero el nombre es lo de menos, como es natural. Lo que allí pude ver y sentir es el mas puro horror, allí se olía a muerte, allí la desgracia humana escribió sus páginas mas negras.

En Auschwitz las visitas de turistas son de muy variado tipo, pero todas tienen dos denominadores comunes; la conmoción y el respeto.

Conmoción porque, sin excepción, todas las caras de los visitantes describen el terror que supone estar allí y dan fe de una completa traslación personal instantánea a aquellos tiempos, lo que les permite sentir y vivir -si acaso de lejos- la muerte y la tristeza que aquel lugar representa.

Respeto porque pese a la tristeza en aquel lugar no hay llantos amargos, en Auschwitz hay lágrimas silenciosas. Recuerdo que todo el grupo que íbamos haciendo el tour expresabamos tristeza (algunos incluso en ocasiones vimos correr lágrimas por nuestros ojos), pero íbamos tristes en silencio. Se respira allí respeto, reconocimiento individual a todas esas víctimas injustas.

Y es que en Auschwitz fueron exterminadas entre 1,5 y 2,5 millones de personas. En aquel sitio el odio hizo una aparición tan estruendosa que su estentóreo rastro todavía se respira cuando uno pasea por allí.

Os recomiendo encarecidamente la visita, porque yo creo que he madurado como persona tras deambular por ese campo de horror. Lo que si os pido es diculpas por una descripción tan mediocre del lugar (creedme, lo es). Hay que estar allí. Hay que vivirlo.

Aquellos que olvidan el pasado están condenados a repetirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario