lunes, 1 de noviembre de 2010

Indigna displicencia

Por arte de birlibirloque, cual bizma que se gesta en base a poderes crípticos, uno advierte que el epílogo comenzó mas bien en el exordio. Dicho en otras palabras; que el blancarte superaba con creces la parte mas provechosa de la roca.

Desta guisa, donde existía una aparente hacina, no había mas que una sutil mezcolanza que no me tenía reservado por sino otra cosa que el inmerecido pandemónium, lugar que estaba desterrado de aquel valhalla prometido, que fue pisoteado indecorosamente.

Así, como por irisación, el verano tornó invernizo, y se atribuló mi vida. Por ello, nunca dejaré de condenar la ceguedad intelectiva y la oprobiedad iracunda de tu sicalipsis.

Ahora me echo a un lado y dejo a Machado, que en cuatro versos explica mejor lo que yo no escribiría en diez libros;

Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado.

1 comentario:

  1. Nunca palabras tan obtusas y aparentemente oscuras expresaron tan bien un sentimiento.

    Un beso

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